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La Xunta califica de irresponsabilidad la propuesta de derogación de la Lomce

Nota de prensa remitida por el Gabinete de Comunicación de la Xunta de Galicia:

El conselleiro de Cultura, Educación y Ordenación Universitaria, Román Rodríguez, anunció la próxima elaboración de un documento estratégico de planificación en torno a la Formación Profesional. “El horizonte es ambicioso: una nueva estrategia en la FP para la próxima década”, destacó durante su intervención en el desayuno informativo Fórum Europa Tribuna Galicia, que tuvo lugar en el Hostal de los Reis Católicos de Santiago.

Ante un público eminentemente académico y empresarial, Román Rodríguez pidió la colaboración activa del empresariado gallego, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas, para abordar los próximos retos de una manera conjunta. El objetivo pasa por articular una Formación Profesional “que responda a las demandas de nuestros sectores productivos”, a la sociedad tecnificada de este siglo, y aumente la calificación y empleabilidad del capital humano.

“Necesitamos –recalcó el conselleiro– que los alumnos apuesten por la FP. Pero sobre todo necesitamos que las empresas crean en la FP”. En este contexto, recordó el cambio experimentado en la Formación Profesional en los últimos años, una “auténtica revolución silenciosa”, en palabras de Román Rodríguez, fundamentada en nuevos ciclos vinculados con la realidad social de cada zona, en la apuesta por los Centros Integrados de Formación Profesional, en el desarrollo de viveros de empresa y en la ampliación de la colaboración con el mundo empresarial a través de las prácticas FCT y de la FP Dual.

Además de la Formación Profesional, el conselleiro se detuvo en el papel de la universidad como “agente de desarrollo económico y social de primera orden”. La mayores de recordar que hoy se garantiza un acceso democratizado la estos estudios superiores, hizo hincapié en los retos de futuro que esta debe asumir al amparo del nuevo Plan de financiación 2016-2020.

Tal y como explicó, los desafíos pasan por seguir apostando por la especialización de los campus, por la internacionalización y cooperación entre instituciones a través del Consorcio Interuniversitario, por la diversificación de las fuentes de financiación y por conseguir mayores resultados docentes, de investigación y de transferencia. Precisamente, subrayó la importancia de trasladar esos resultados a la sociedad y al mercado.

A lo largo de su discurso, Román Rodríguez situó la educación como pieza clave tanto en la mejora de la calificación de las personas y, por ende, del mercado laboral, como en el progreso y bienestar de la colectividad. Segundo destacó, “la mayor ventaja competitiva de un país y de una sociedad es su nivel educativo”, una ventaja competitiva desde lo plano económico y social, ya que “sin educación no hay desarrollo”, pero tampoco hay justicia ni cohesión social”, puntualizó.

En este contexto, recordó el esfuerzo realizado durante la crisis para “lograr más y mejores resultados con menos recursos”. Así, y pese a las dificultades económicas, en la enseñanza no universitaria Galicia se erige cómo la quinta comunidad de España con un mayor gasto público por alumno. Y con respeto a la Unión Europea, España se sitúa por encima del promedio de la OCDE en gasto por estudiante en relación al PIB por habitante.

Ante este escenario, durante los últimos años se llevó a cabo, en palabras del consejero, “un proceso de modernización de la educación encaminado a aumentar la calidad del sistema y garantizar su equidad”. Un cambio de modelo sustentado en nuevas materias, en un impulso a las lenguas extranjeras y en la apuesta por las nuevas tecnologías, entre otras iniciativas.

Se trata de herramientas que, junto a las nuevas modalidades de Formación Profesional adecuadas a los sectores productivos, ayudaron a reducir la tasa de abandono educativo tempranero –Galicia consiguió un 15,7% en el último trimestre de 2015– y a incrementar el porcentaje de personas de entre 30 y 34 años que completan estudios superiores.

Desde el punto de vista de la cohesión de la población, el consejero se refirió a la escuela como un centro de formación “en valores”, donde se debe inculcar el respeto, la solidaridad o la tolerancia, así como promover la cultura del esfuerzo y de la motivación. Asimismo, recordó la función del sistema educativo como garantiza de la igualdad de oportunidades, de la atención a la diversidad y de la potenciación del talento.

Porque una escuela *inclusiva “significa reconocer la diferencia como virtud y la diversidad como capacidad; y significa potenciar las singularidades de cada estudiante”, definió. Además, y paralelamente a la atención a la diversidad, manifestó que uno de los objetivos de la escuela debe ser lo de ayudar “a descubrir y fomentar el talento individual”, desarrollando, por ejemplo, nuevas competencias o nuevas herramientas y metodologías como el Plan Proyecta o los Contratos-Programa.
R.